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Madera estructural: definición, atributos y presentaciones

La madera estructural está adquiriendo cada vez más relevancia en las tendencias de construcción en España, y esto se debe no solo a sus numerosas ventajas, sino también al impulso que recibe de diversos actores, incluidas las autoridades públicas.

La Xunta de Galicia ha establecido que el 20% de las edificaciones promovidas por la comunidad autónoma deben incluir madera en su estructura, lo que otorga mayor protagonismo a este material en las nuevas licitaciones públicas.

Ante esta tendencia en aumento, en este artículo presentamos un resumen de los aspectos fundamentales que se deben conocer sobre la construcción con madera, incluyendo los conceptos y características más relevantes, así como los productos disponibles en el mercado y los sistemas de construcción asociados a este material.

¿Qué es la madera estructural?

La madera estructural se define como aquella que cumple con los requisitos técnicos y legales indispensables para ser empleada en proyectos de edificación, con garantías de estabilidad y durabilidad, gracias a su aptitud de soportar cargas de forma permanente.

A lo largo de los siglos, la madera ha sido empleada en la construcción de diversas estructuras, desde las tradicionales cabañas de troncos hasta castillos y puentes. La selección de esas materias primas se realizaba, en muchos casos, considerando su disponibilidad y los conocimientos tradicionales.

Sin embargo, en la actualidad, el uso de la madera en la construcción está rigurosamente controlado y documentado dentro del Código Técnico de Edificación (CTE) y otras normativas de referencia obligatoria en España.

Características sobre la construción con madera estructural

Para que una madera sea clasificada como estructural, primero debe ser estudiada y caracterizada. La caracterización se realiza mediante el siguiente proceso:

  • Muestreo: del lote de madera se debe extraer una muestra porcentualmente representativa que permita obtener resultados fiables.
  • Estudio visual: revisión exhaustiva de la anatomía de la madera para identificar elementos que podrían perjudicar su desempeño estructural, como el caso de nudos, desviaciones de las fibras, cortes, acebolladuras, bolsas de resina, alteraciones por hongos o insectos, deformaciones y curvaturas, etc.
  • Pruebas de laboratorio: se dividen en destructivas y no destructivas. Las primeras aplican presión sobre la madera en distintos puntos para evaluar su flexibilidad, elasticidad y resistencia, pudiendo causar daño permanente a la pieza. En cambio, los ensayos no destructivos conservan la integridad de la pieza al no afectar sus propiedades. Entre estas técnicas se incluyen el uso de ultrasonidos, ondas de impacto, análisis de vibraciones, rayos X, etc.
  • Asignación de clase resistente: tras todos los análisis, se asigna al lote de madera una clase de resistencia, que determina el uso que se le puede dar en una obra. En el caso de la madera aserrada de frondosa, existen 14 clases; en el caso de la madera de coníferas, 12 clases, todas contempladas en la norma UNE-EN 338:2016.

Todas las revisiones, ensayos y el marco normativo que los regula permiten afirmar que la oferta de madera estructural en España cuenta con las mismas garantías que cualquier otro material.

Características de la madera estructural y la marca CE

Según el CTE, las obras en España deben cumplir una serie de requisitos mínimos. De dichas exigencias se desprenden una serie de características que los materiales estructurales deben poseer.

Por lo anterior, la madera estructural, de acuerdo con la normativa vigente, debe ser:

  • Estructuralmente segura: debe cumplir con parámetros objetivos para mantener su capacidad portante durante la construcción y durante su uso. Debe resistir las influencias químicas, biológicas y mecánicas del ambiente sin comprometer su estabilidad y durabilidad.
  • Resistente al fuego: el CTE exige que la estructura de madera tenga una solvencia frente al fuego (ignífugo) suficiente para permitir la actuación de equipos de rescate, la evacuación de los ocupantes y el uso de equipos contra incendios, limitando la propagación de llamas tanto en el interior como en el exterior.
  • Salubre: el edificio debe reducir el riesgo de enfermedades y molestias de sus ocupantes, limitando la presencia de agua o humedad y preservando la calidad del aire. Por ende, la madera es un material muy recomendable ya que actúa de regulador de la humedad ambiental en la edificación para mantener la salubridad interior.
  • Energéticamente eficiente: el edificio debe optimizar el uso de energía, reduciendo su consumo y proporcionando confort térmico a los ocupantes según la zona climática y las estaciones del año. La madera estructural contribuye al aislamiento térmico y la eficiencia energética del inmueble.
  • Antirruido: los ambientes deben tener características acústicas adecuadas para reducir el ruido y prevenir molestias y enfermedades derivadas del mismo. La madera es naturalmente un excelente aislante acústico y su uso en la estructura contribuye a cumplir con esta exigencia.

Además de satisfacer los requisitos del CTE, la madera estructural debe llevar una marca CE conforme a la normativa local y europea, que certifica su idoneidad técnica y permite su comercialización.

El marcado CE obligatorio requiere la presentación de documentación que demuestre el cumplimiento de los requisitos legales tanto por parte del material como del fabricante. En ocasiones, es necesario que un organismo autorizado supervise el control de calidad en la fábrica mediante auditorías.

Al entregar un lote de madera estructural, el fabricante debe proporcionar un documento de conformidad CE, que incluye una descripción detallada del producto, las disposiciones y normas que cumple y, si es necesario, el número de certificado emitido por el organismo auditor.

Tipos de madera estructural

La madera estructural puede derivar de diversas especies de árboles, entre las cuales se incluyen las coníferas (como el pino silvestre, el pino pinaster, el pino radiata y el abeto) y las frondosas (como el eucalipto y el castaño), cada una utilizada para desarrollar distintos productos.

A continuación, se señala cuáles son los productos de madera más disponibles en el mercado para uso estructural.

Madera maciza aserrada

La madera maciza aserrada se compone de piezas de diversas dimensiones, las cuales se obtienen mediante el corte longitudinal de troncos de mayor tamaño, seguido por el proceso de cepillado.

La fabricación de la madera maciza aserrada implica un nivel mínimo de intervención, ya que no requiere encolados ni uniones mecánicas complejas. Dependiendo de sus dimensiones, la madera aserrada puede presentarse en formas como tablas, vigas, listones, entre otras.

Este tipo de madera conserva las propiedades naturales del material y ofrece una variedad de opciones para su uso en construcción y carpintería, manteniendo su resistencia y durabilidad inherentes.

Madera aserrada para uso estructural

American School of Barcelona, ARQ71 & associats S.L.P.

Laminada encolada

La madera laminada encolada se compone de láminas de madera que se unen entre sí mediante adhesivos estructurales, dando lugar a columnas, vigas y otros elementos portantes.

Cada capa se dispone en paralelo a la dirección de la fibra, lo que garantiza que el producto final sea rígido y resistente.

El proceso de encolado generalmente se lleva a cabo bajo presión, lo que asegura la resistencia de las piezas resultantes.

Gracias a su excelente estabilidad dimensional y resistencia a la deformación, la madera laminada encolada es adecuada para proyectos grandes y complejos, que incluyen edificios, puentes y otras obras de ingeniería civil.

Tableros

Los tableros son una presentación común de la madera estructural, utilizados en la construcción de paredes, techos y otros componentes del edificio. Estos paneles de mayor dimensión se emplean para formar superficies con capacidad portante o autoportante, tanto en posición horizontal como vertical.

Existen diversas formas de fabricación y múltiples presentaciones de los tableros, tales como contrachapado, de virutas orientadas, de partículas, de fibras aglomeradas, de madera maciza o paneles de madera contralaminada, comúnmente conocida como CLT.

Un ejemplo destacado es el Superpan Tech, desarrollado por Finsa, que cuenta con caras de fibras de madera e interior de partículas de madera aglomerada. Este producto patentado ofrece una excelente resistencia a la humedad, altas propiedades mecánicas y una notable resistencia a la flexión.

Sistemas constructivos con madera

La madera estructural se utiliza en una variedad de sistemas constructivos que se distinguen, principalmente, por las dimensiones de las piezas empleadas. Aquí presentamos los sistemas comunes:

  • Entramado ligero: este sistema, del cual hemos publicado un artículo exhaustivo, se caracteriza por el uso de piezas lineales de madera de poco espesor, que van desde 36 hasta 70 mm. Estas se colocan a distancias cortas unas de otras y se refuerzan con tableros estructurales.
  • Entramado pesado: utiliza elementos lineales de madera aserrada o laminada de mayor grosor, que oscilan entre los 80 y 100 mm. Las piezas se disponen con mayores separaciones entre sí, e incluso algunas pueden dejarse de forma visible para que contribuyan a la estética del inmueble, como por ejemplo, las columnas decorativas.
  • Sistema con tableros contralaminados: esta técnica utiliza paneles amplios para establecer las paredes, con un espesor que varía desde 70 hasta 500 mm. Sobre estas superficies se aplican materiales aislantes y tableros protectores con especificaciones estéticas e ignífugas, completando así un sistema estructural robusto y funcional.
  • Sistema con troncos o muros de madera: en este enfoque, las unidades de madera se disponen horizontalmente para formar las paredes portantes de la estructura. Esto condiciona el aspecto de la fachada, ya que estas piezas quedan expuestas en el exterior. La sujeción se realiza, normalmente, utilizando alguno de los sistemas anteriores (tableros, listones, tablas, entre otros).

Es importante mencionar que no todos las construcciones de madera se limitan a las categorías antes descritas. De hecho, es normal que muchas veces la madera se incluya en combinación con otros materiales, lo que da lugar a obras mixtas que incluyen madera y hormigón, por ejemplo.

Edificación con madera estructural

Viviendas de protección oficial en la Creu Alta, Sabadell (Barcelona)

La envolvente, también de madera

El uso de madera estructural presenta una serie de beneficios, destacando su sostenibilidad como uno de los principales.

Es un material reciclable y renovable, y en última instancia, actúa como sumidero de carbono, lo que reduce significativamente su huella ecológica. De hecho, de acuerdo con reportes y estudios, la madera se posiciona como el material de construcción menos contaminante en el mercado, en cualquier fase de una obra, desde la extracción de la materia prima hasta el uso del edificio, permitiendo así alcanzar una huella de carbono negativa.

Además de su sostenibilidad, construir con madera ofrece un excelente aislamiento térmico y acústico, propiedades inherentes de este material que contribuyen al confort y la eficiencia energética de los edificios.

Ahora bien, la madera tiene otra propiedad que suele ser muy atractiva: su aspecto. Son muchas las personas que aprecian su carácter orgánico, cálido y acogedor, pero ¿cómo pueden las personas disfrutar de estas características si la madera se limita a la estructura y queda cubierta por otros materiales?

El mayor disfrute de la madera se obtiene cuando se aplica en suelos, paredes y fachadas. No solo es un material de tacto suave, y color y aroma agradable, sino que realza la belleza de la propiedad, la revaloriza y, finalmente, contribuye al confort de los ocupantes.

De hecho, la aplicación de envolventes de madera es una estrategia para potenciar aún más la eficiencia energética, e incluso recibe subvenciones y estímulos por parte de la administración pública.

Un ejemplo es la madera termotratada Thermopine de Savia, que es madera de pino tratada térmicamente, lo que la transforma a nivel químico y estructural y le otorga al material altas prestaciones permitiendo que pueda ser utilizada en exteriores. Al tratarse de un material 100% reciclado, contribuye positivamente al mantenimiento y aumento de los bosques, pues cada m3 de madera utilizado como sustituto de otro material puede ahorrar la emisión a la atmósfera de un total de 2 toneladas de CO2.

En definitiva, el mejor complemento para un edificio de madera es una piel de madera, la cual permite a las personas disfrutar directamente de este material noble.

Incluye madera en tu obra

En Savia, somos especialistas en trabajar con madera para su uso en exteriores, específicamente para fachadas y tarimas.

Nuestro equipo puede orientar a arquitectos, proyectistas y directores de obra sobre cómo implementar y mantener las soluciones de madera más idóneas para cada inmueble.

Nuestra madera proviene de bosques con certificados de gestión forestal, lo cual suma puntos para que un proyecto arquitectónico reciba su propio sello de sostenibilidad.

Si deseas comunicarte con nosotros, puedes hacerlo a través de nuestro correo electrónico holasavia@savia.gal o utilizando nuestro formulario de contacto.

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