En los últimos años, arquitectos han publicado artículos y declaraciones a favor de las estructuras de madera en la construcción, estimulados por el crecimiento de su uso en España.
Los mitos y las dudas en torno a las edificaciones de madera se están disipando y, cada vez más, estas reciben respaldo de diversos actores profesionales, gubernamentales y de la sociedad en general.
En este contexto, presentamos el siguiente artículo, que define las estructuras de madera, expone sus ventajas, responde a preguntas relevantes como, por ejemplo, su comportamiento ante el fuego, y esboza un panorama favorable para la madera en nuestro país.
En el ámbito de la arquitectura y la construcción, los edificios con estructuras de madera son aquellos que utilizan madera para resolver los elementos portantes, como muros de carga, pilares o forjados que soportan las cargas a las que está sometido el inmueble.
No todas las maderas son aptas para este propósito. La madera estructural es aquella que ha sido certificada como adecuada desde el punto de vista mecánico. Es decir, debe ser capaz de soportar cargas de manera permanente, cumpliendo con los parámetros establecidos por las normativas vigentes, particularmente el Código Técnico de Edificación (CTE).
Las estructuras de madera no son una innovación reciente; al contrario, son un clásico de la construcción. Desde las tradicionales viviendas de troncos hasta las vigas y columnas en castillos, la madera ha jugado un papel crucial a lo largo de la historia de la arquitectura, debido a su abundancia y excelente capacidad portante.
Actualmente, su popularidad está en aumento en diversas partes del mundo. En Estados Unidos, donde su uso ha sido habitual durante décadas, los entramados ligeros de madera son una constante, especialmente para el desarrollo de residencias unifamiliares —más del 90% de las viviendas en Estados Unidos está hecho con madera—.
«Técnicamente tratada para hacerla más robusta que el acero, más ligera y flexible que el ladrillo, resistente al fuego, eficiente, aislante, duradera, antisísmica, de rápida instalación y, lo más importante, medioambientalmente amigable»: así resume el Consejo de Administración Forestal (FSC, por sus siglas en inglés) las potencialidades de la madera.
Las estructuras de madera son un elemento arquitectónico que puede aportar muchas ventajas:
La madera presenta una excelente capacidad de soportar el fuego. De hecho, las estructuras de madera deben cumplir con las mismas normativas de prevención y seguridad que el resto de los materiales.
“La madera está estigmatizada”, afirma el arquitecto Jorge Blasco, consultor de estructuras, quien en una declaración señaló que los incendios, cuando ocurren, nunca empiezan en la propia madera, sino en otras partes de la obra, como el sistema de electrificación.
En defensa de las estructuras de madera, Blasco publicó un artículo titulado El buen comportamiento de la madera frente al fuego en la revista Cuadernos de Estructuras (diciembre, 2015), donde desarrolla más a fondo los motivos por los cuales la madera es tan o más segura que otros materiales.
Una característica fundamental es que la madera «se autoprotege». Al carbonizarse, forma una capa superficial aislante que ralentiza la penetración del calor hacia el interior de la pieza, y mantiene sus propiedades mecánicas en las zonas no afectadas. Este fenómeno es crucial para la estabilidad en situaciones de incendio, ya que «la capa carbonizada es seis veces más aislante que la propia madera».
Otro aspecto favorable es la baja conductividad térmica de la madera, lo que disminuye el riesgo de deformaciones por temperatura o empujes en las estructuras, una ventaja que no poseen materiales como el acero.
Su capacidad de autoprotección y su comportamiento predecible en incendios hacen que la madera sea realmente un material confiable.
Finalmente, es posible aplicar tratamientos ignífugos que ralentizan todavía más la combustión, lo que añade una capa más de seguridad.
Las estructuras de madera prefabricadas ofrecen una combinación excelente de eficiencia, sostenibilidad y calidad.
En la actualidad, las piezas de madera estructural presentan un nivel casi total de prefabricación, y cumplen con las normativas españolas y europeas. Desde grandes paredes portantes hasta listones esquineros, lamas y tablones, prácticamente todas las partes son prefabricadas en entornos controlados.
Esto asegura un estándar de calidad elevado y permite un mayor seguimiento sobre las condiciones de fabricación, lo que resulta en productos más duraderos y precisos en cuanto a características y medidas.
La Asociación de Consultores de Estructuras (ACE), que reúne a especialistas en estructuras para la construcción, ha publicado un recuento sobre el uso actual de la madera en España, donde subraya su creciente aceptación.
«A partir de la década de los 80 del siglo pasado comienza un resurgir del uso estructural de la madera en España que ha cambiado de manera muy notable su presencia en la construcción. Desde una utilización prácticamente nula, o reducida a su empleo esporádico, se ha llegado a una normalización como material de construcción cuya presencia sigue en aumento», afirma Francisco Arriaga Martitegui, catedrático de Ingeniería y Gestión Forestal en la Universidad Politécnica de Madrid.
El profesor resalta tres aspectos clave que evidencian un panorama positivo para la construcción con madera en España:
Además de lo señalado por Arriaga Martitegui, hay un respaldo explícito de funcionarios públicos a la construcción con madera.
Un ejemplo notable es Galicia, donde la Xunta ha impulsado ayudas para las empresas que utilicen madera en sus proyectos. El Gobierno de Navarra también ha actuado para promover la madera estructural.
Todo lo anterior confirma que en España la construcción con madera no solo ha ganado aceptación social, sino que, en ciertos ámbitos, es activamente promovida.
Como se mencionó anteriormente, una de las ventajas de las estructuras de madera radica en su gran variedad y flexibilidad. No solo se utiliza en las vigas y paredes, sino que también es ideal para revestimientos.
La “piel de madera» es más que una mejora estética: refuerza beneficios como el aislamiento térmico y acústico, la eficiencia energética y el confort general del inmueble.
Incluso los edificios con estructuras de hormigón y/o acero pueden sacar partido de una envolvente de madera.
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